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Erik Kriek es un ilustrador y autor de cómics holandés que se ha ido granjeando el reconocimiento internacional a lo largo de la última década gracias a su habilidad narrativa y original propuesta gráfica. Nacido en Ámsterdam en 1966, estudió en la Academia Rietveld de Arte y diseño y, a lo largo de su carrera, se ha prodigado con éxito en una gran variedad de trabajos que van desde los libros ilustrados infantiles hasta las portadas de discos y carteles publicitarios. Pero, sin duda, su faceta más celebrada en la actualidad es la de autor de cómics.

En 1990, se dio a conocer con las aventuras de Gutsman, un trabajo con el que demostró sus habilidades narrativas, sin necesidad de apoyarse en textos, a la vez que su capacidad para la sátira y el humor negro. Colaborador habitual de los magazines Zone 5300 y Vrij Nederland, de la mano del sello La Cúpula nos llegó en 2012 su obra H.P. Lovecraft, Desde el más allá y otras historias, una adaptación de cinco cuentos originalmente escritos por el atormentado prosista de Providence en la que Kriek combinó su amor por la literatura gótica con su distintivo contraste expresionista. Cabe señalar el hecho de que, poco antes, el artista neerlandés había recibido en su país el prestigioso premio Stripschapprijs por la totalidad de su obra.

En 2019, Kriek publicó su obra más ambiciosa hasta la fecha y la que nos ocupa esta reseña, El Exiliado, una novela gráfica de ficción histórica que narra la historia de un joven vikingo llamado Hallstein Thordsson que es desterrado de su país (Islandia) durante 7 años, por asesinar a su compatriota Hrafn Ragnarsson tras una encendida discusión bañada en alcohol e injurias. Hallstein, como buen vikingo, sobrelleva libremente su particular exilio saqueando ciudades y pueblos a lo largo y ancho de toda Europa hasta que, transcurrido su periodo de exilio, regresa a su tierra natal junto a dos mercenarios foráneos, un finlandés y un sueco, con los que ha compartido dichas y miserias durante sus saqueos.

Es extraordinaria la forma como Kriek refleja la iluminación mediante grises azulados a la hora de recrear la gelidez de los paisajes nórdicos en contraste con el ardiente rojo que tiñe las pesadillas, evocaciones y alucinaciones que perturban al protagonista, y demuestra la enorme capacidad del artista para retratar el estado emocional de los personajes a través de la luz, en una obra que hace gala, precisamente, de su escasa paleta de colores.

El uso de la técnica del claroscuro a lo largo de todo el relato es particularmente impresionante, empero, lo que más me ha gustado es la habilidad del artista neerlandés para recrear imágenes expresivas y su capacidad para combinar la narrativa visual con un lenguaje conciso y profundamente teatral. Lejos de los tópicos habituales del género, Kriek describe la épica desde la distancia y, retratando una época en la que coexistían las viejas tradiciones vikingas con la “nueva” fe cristiana, evita a toda costa realizar juicios morales ni introducir baratijas ideológicas.

En resumen, la combinación de una técnica de dibujo exquisita con una historia poderosa y emocionalmente resonante, hacen de El Exiliado una obra de referencia para esta década, y convierten a Erik Kriek en un soplo de aire fresco muy necesario para vivificar el anquilosado panorama actual del cómic europeo.

No en vano, la obra ha sido traducida a una decena de idiomas y va camino de triunfar al otro lado del charco.

Una vez más, es de agradecer la cuidadosa edición de Cartem Cómics en un tomo encuadernado en cartoné, hojas de alto gramaje y buen puñado de extras, entre los cuales bocetos del autor y un glosario muy completo para quien no esté familiarizado con la terminología vikinga.

Reseña escrita por Aitor Marcet.

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